
Hay que ver que los corséts dan para todo. Desde que se inició la tendencia retro de la moda el corsét se metió en nuestros cajones de lencería íntima y últimamente hasta han salido a la calle.
La moda se inició como una tendencia underground, en Japón, y se ha ido extendiendo hasta Occidente, cada vez más atrevido.
Todo empezó con la moda lolita y gótica que evocaban a chicas de edades tempranas pero precoces sexualmente, provocativas pero con ese toque de aparente ingenuidad que tienen los corséts en tonos rosa pálido con lazos casi infantiles.
Paralelamente surgía un corsét gótico, en negro con encajes y volantes también en negro, sensuales y provocadores.
En Occidente los hemos adaptado y predomina el color rojo combinado con el negro. Siempre con la misma idea: resaltar la sensualidad de la figura femenina de chicas consideradas más rompedoras que quieren plantear el juego de la seducción desde esta prenda ajustada con una clara tendencia vintage.
De este modo, se puede decir que hay tantos modelos de corséts como chicas hay en el mundo, se han integrado todos los colores (azul, fucsia, morado, estampados o lisos con una extensión que simula una diminuta falda o tutú.
Los tejidos, generalmente con un acabado brillante o cuando menos satinado, suelen ser la seda, el raso, y algunos tejidos sintéticos que facilitan un corsét muy ceñido al cuerpo.
Pero apartando las características de su confección, en realidad, lo que atrae a una chica de un corsét es la posibilidad de exhibir una cintura muy chica, y los senos voluptuosos. porque es realmente la intención que esta prenda tiene en su diseño y confección.
Es una idea que reafirma nuestra belleza femenina y el poder que te da lucir todo lo que tienes y más, embutida en un bellísimo corsét pero aparentando ser una niña buena e inocente, es un juego que encantará a tu chico y al que sacarás mucho provecho.
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